El derecho al olvido en la era digital. ¿Qué es?

Cada vez que hacemos una publicación en Internet dejamos una huella digital. Pero es más, también queda una huella digital cada vez que alguien publica algo dónde figura nuestro nombre o nos etiquetan en un vídeo. Rápidamente, perdemos el control sobre lo que se publica sobre nosotros o la información que los buscadores pueden dar sobre nuestra vida. Por eso, surge el derecho al olvido en la era digital

Un mal paso en Internet, puede costar caro y quizás acabe jugándonos una mala pasada. También puede perjudicarnos una foto inoportuna, un vídeo que alguien sube en el que se nos ridiculiza o, simplemente, una noticia del pasado que actualmente puede repercutir negativamente en nuestra vida.

Esto lo saben bien muchas personas que han visto como una fotografía tomada en un día de fiesta ha circulado por las redes y ha llegado a manos de sus jefes, dañando su imagen de manera seria y perjudicándole en posibles búsquedas futuras de trabajo. O alguien que atravesó un mal momento económico y tuvo deudas que salen a relucir cada vez que alguien pone su nombre en el buscador, incluso si ya están canceladas.

Esto sucede con particulares, negocios y empresas. Una campaña de difamación para desprestigiar un producto puede seguir visible incluso años después de que se haya desmentido la información. O bien una declaración desafortunada de un directivo, puede continuar apareciendo en las búsquedas cada vez que alguien pide información sobre la empresa.

Sucede también con campañas desafortunadas o críticas por parte de usuarios de foros que, acaban dañando seriamente la imagen digital de la empresa y resultan complicadas de contrarrestar con nuevas informaciones porque en su momento se hicieron virales.

La mala noticia es que es prácticamente imposible evitar dejar una huella digital, incluso queriendo, pero la buena es que es posible borrar esa huella y, cuando no se puede hacer que desaparezca, al menos hay otras herramientas para mitigar su daño. Y todo eso está protegido con el llamado derecho al olvido.

¿Cómo se logra el derecho al olvido?

El derecho al olvido se puede ejercitar de dos maneras. La primera es tratando de conseguir eliminar la información de los buscadores, al menos de los más conocidos. Para lograr esto se solicita la eliminación de todos los datos personales indexados usando formularios estándar con los que ya cuentan estos buscadores.

El segundo de los caminos consiste en eliminar estos datos o referencias personales indexados en Webs y blogs particulares. En este caso se trata de contactar con los responsables de estas páginas y solicitarles que eliminen dicha información. Por ley, están obligados a contestar.

En ambos casos, podemos encontrarnos con una respuesta positiva, tras la cual los datos serán eliminados totalmente. O con una respuesta negativa, amparada en los diferentes supuesto que contempla la ley.

¿Cómo se actúa cuando te niegan el derecho al olvido?

Cuando un buscador o una Web se niega al borrado digital impidiendo así el derecho al olvido, generalmente lo hacen amparándose en que se trata de una información de interés público, el derecho a la información, el uso de los datos para fines estadísticos o de investigación o en obligaciones legales.

Pero esta negativa no quiere decir que no haya ya nada que hacer y que el particular o la empresa deba de resignarse a que su información esté siempre disponible. Es posible anonimizar un dato personal. Esto es lo que sucede cuando en lugar de aparecer nombre y apellidos de la persona, se sustituyen por tan solo las iniciales. De esta manera la persona será mucho más difícil de identificar.

Otras veces, se niegan a retirar un contenido en imágenes, pero sí acceden a no etiquetar a la persona y a modificar dicho contenido. Por ejemplo, haciendo que el rostro de la persona se vea borroso. De esta manera tampoco resultará fácil saber de quién se trata. 

Por último, siempre queda la vía legal, con un abogado especializado que indique cuáles son los pasos a seguir para lograr que un juez pueda otorgar el derecho al olvido que se reclama.

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